Era un día sin importancia debía subir a Hospicio a mi
trabajo como Orientadora del Colegio Simón Bolívar, tenía que bajarme en Pedro
Prado con Manuel Bulnes.
Cuando faltaba una cuadra para llegar, me quede traspuesta,
vi como un espejismo detrás del colectivo venía un ciclista y al ir a bajarme
el ciclista chocaba con la puerta y conmigo, al impacto salte del asiento y el
chofer me pregunto que me pasaba. Yo le conté lo que había visualizado y él
miro por el espejo retrovisor y efectivamente venía un ciclista casi pegado al
vehículo. El chofer me dijo tranquila señora me correré a la cuneta para que el ciclista se vea
obligado a detenerse detrás del vehículo, así lo hizo y pude bajar sin
problema.
Te pregunto que te parece todo esto, premonición, sexto
sentido, aviso de arriba te lo dejo a ti.
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La libertad existe tan sólo en la tierra de los sueños
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