CUENTOS PARA MIS PEQUEÑITOS Y MIS PEQUEÑITAS

Cuentos creados para ti, con la intención de animarte cuando veas que vas a desfallecer, animo tu eres capaz, no lo olvides, se perseverante y responsable en lo que te comprometes

jueves, 24 de marzo de 2011

MOFETA

05-10-2009


Mercedes Adelaida Oñate Bañados

En viaje a Santiago, soñolienta desganada, sin disfrutar del paisaje, como veces anteriores, indiferente a todo lo que ocurriera a mi alrededor, sin pensar siquiera, el bus avanzaba velozmente a su destino.
Ya al atardecer, el bus se detuvo a la orilla del camino, por un desperfecto. Me baje a estirar las piernas, cruce la carretera y comencé a caminar por las dunas, el desperfecto demoraría.
Camine, camine no se cuanto, el viento soplaba y me rozaba el rostro, comencé a sentir que me empujaban a seguir adelante, silbaba alrededor mío, a ratos rujia un escalofrío recorría mi cuerpo, atardecía, el sol ya no abrigaba cuando de repente de tras de unos matorrales veo aparecer un mofeta (zorrillo) me pareció raro verlo a esa hora por que se que son animales nocturnos, seguí avanzando, el no se movía, me miraba con unos ojos negros, brillantes como el charol que me decía sígueme, no se sintió amenazado por que no me lanzo ese líquido de olor muy desagradable, lo que entendí que debía seguirlo. El mofeta comenzó a caminar deteniéndose a rato y me invitaba a seguirlo así sin darme cuenta del tiempo transcurrido ni de la hora, llegue ya casi oscureciendo a una guarida grande, no necesite arrastrarme para ingresar, ya dentro a oscuras y sin saber a dónde iba a ir a parar y que sucedería, llegue después de mucho a un claro.
En ese momento comenzaron a salir de uno en uno la familia del mofeta y se reunieron con él. Yo miraba expectante, me presenta a su familia, pensé, eso era lo que quería .Pero había algo más, al despedirme me entrego una piedra redondita de regular tamaño que cabía perfectamente en mi mano, era una piedra muy particular, blanca de un blanco brillante como la nieve, muy especial, porque, al dármela mirándome con sus brillantes ojos negros me dijo: es con muchas vibras positivas para que siempre seas una luchadora y nunca decaigas, sea cual fuera el problema que tu tengas. Tome la piedra del hocico del mofeta y agradeciendo, me retire, el me acompaño a la salida.
El tiempo había pasado y no lo había notado, en ese momento me recordé del bus y rápidamente le hice chao con la mano y corrí para llegar al bus, afortunadamente para mí estaba por partir, me esperaban, subí, el viaje continuo.
Ya en mi asiento, y más tranquila mire la piedra que traía apretada en mi mano, no era un sueño me había sucedido lo curioso era que me sentía diferente, algo había cambiado en mí, estaba optimista mi autoestima había mejorado, tenía mucha fe y esperanza que el motivo de este viaje tendría un final llenos de sorpresas.

2 comentarios:

La libertad existe tan sólo en la tierra de los sueños

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