
Era una mañana esplendorosa el sol brillaba y sus rayos caían calentando mi piel, ya fría por el paso de los años, era una mañana especial para todos los funcionarios del Colegio Almirante Patricio Lynch era un día de reflexión. Partimos a las 9 A.M, en un Bus Nº 5 del recorrido, conducido por el marido de una colega, nos fuimos por la Avenida la Tirana y luego tomamos la costanera, me toco para el lado del mar, mientras mis colegas cotorreaban, yo miraba el Océano Pacífico y me internaba en sus profundidades, así me fui quedando traspuesta. Y de repente diviso una cola grande bifurcada que correspondía a una sirena, que salía del agua con un gran salto y volvía a las profundidades, la seguía , me recordaba, cuando muchos años atrás buceaba o intentaba bucear, jugaba con los peses, y me dejaba acariciar por los huiros, que de repente me enredaba y me quedaba quieta sin siquiera respirar y me dejaban en libertad nuevamente. O cuando se me acercaba un lobo de mar mientras sacaba almejas.
Así He recorrido 60 Kilómetros, siguiendo a Marina que es el nombre de la sirena, hasta que llegamos a destino. Nos dejaron en la Playa, corría un viento, que nos tenía entumidos a todos, nada era como lo había imaginado, pero había que disfrutar ese día a concho.
Estábamos ahí, el tiempo pasaba y el viento seguía, llevándose todo lo que encontraba a su paso, fue entonces cuando ha alguien se le ocurrio la ides de que nos trasladaramos a la playa principal, de ahì en adelante nos cambio la vida.
El agua se veía transparente. Contemplándola sentada en la arena, hasta que mis huesitos se calentaron por el sol, y sentí una necesidad imperiosa, de correr y me tire con ropa al agua que delicia. Flotaba, junto a mi blusa que se inflaba como un globo, sentí que mis pies que estaban con sandalia se unían y transformaban en aletas y mi cuerpo tenía escamas hasta la mitad . Podía meterme bajo el mar, ver, respirar y observar este otro mundo marino y ahí salte, brinque de alegría y me perdí en las profundidades. Traspase los corchos, mar abierto, otro mundo. Recorrí cada rincón de este inmenso mar, jugué con los peces, habían tantos y tan diferente, caracoles de distintos tamaño y tan variados, que es difícil poder describir tanta hermosura. Saber que no valoramos esta riqueza inmensa que tenemos a nuestra disposición.
Me divertí como nunca, pero había que volver, era hora de almorzar y al regresar y salir del agua las escamas desaparecieron y mis piernas volvieron. Ya no como aleta. Nadie.. se dio cuenta. De lo que me había pasado, ahora entendí: que yo era una sirena. Cuando mamà me tenía dentro de su guatita, por eso, cuando yo nací. El doctor se sorprendió de verme. A medida que mamà daba a luz, en contacto con el aire pase a ser humana. Pero este fenómeno se repite, llegada a cierta edad, como me paso. Ja ja, que gran imaginación es la que tengo. Lo pase fenomenal. ¿Qué opinas tú?
La imaginación es el lápiz con que el niño pinta sus mejores aventuras.
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La libertad existe tan sólo en la tierra de los sueños
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